Fui a ver y oír el concierto de Ferran Palau. Durante todo el concierto hubo una muchedumbre (principalmente de media sala para atrás) muy ruidosa. Costaba oír bien la música y la voz del cantante. Mucha gente del publico nos girábamos continuamente hartos. Continuamente el técnico de sonido se giraba indignado ya que costaba atender al concierto. Incluso un par de veces el artista pidió silencio en la sala (muy educadamente). Creo que la mayoría de gente vino a ver el siguiente concierto y, al no gustarle el primero, aprovecharon para ponerse al día con sus amistades. Al haber el concierto les molestaba para mantener la conversación y hablaban a gritos. Fue lamentable. Pagar para disfrutar de un concierto, de la música, etc,...e irte de la sala con mucha indignación. Hay que decir que los artistas y el equipo técnico lo hicieron perfecto. Si fuera por ellos tendrían 5 estrellas

Ferran Palau, los músicos, el técnico de sonido y el de iluminación perfectos. El público FATAL. No callaron la mayoría de personas (supongo que venían a ver al grupo que sonó después) impidiendo escuchar bien las canciones. El pobre técnico de sonido se giraba constantemente, incrédulo, mirando hacia atrás a ver si la gente se callaba e incluso el cantante en algún momento dejó ir algún comentario disimuladamente súper educado para que hicieran silencio pero nada. Y eso, que estamos en COVID y hasta en el tren está prohibido hablar (entre alguna que otra mascarilla bajada en todo momento). Los organizadores del evento o personal de la sala no decía nada... una pena... Me fui disgustada sin haber escuchado bien el concierto.