Pink Time! 16-7-20

Cuando se da a probar vinos, hay que servirlos a la temperatura correcta. Ninguno de los 4 rosados estaba suficientemente fresco (incluso en verano interesa servirlos algo más fríos ya que se calien Gehiago irakurritan en seguida en la copa). Tampoco nos gustó que había que bajar las escaleras cada vez que queríamos probar el vino siguiente. Hubiese sido más cómodo ser servidos por un camarero. Agradecimos el detalle de los regalos. Aparte de lo que gastamos en los vinos rosados, nos quedamos en la terraza y solicitamos algo para cenar y una botella de tinto joven que tampoco estaba fresco. Tuvimos que esperar bastante tiempo. Es una pena ya que el bar y la terraza son muy bonitos, pero con un solo camarero para atender a los clientes en la terraza, no se puede dar un buen servicio. Espero que estos comentarios ayude a los responsables del bar a mejorar. Un saludo

Repetiremos en los siguientes. Estuvo perfecto